Observar todo como la primera vez.
¿Qué me dirías si te preguntase cómo es el aroma del café?, ¿cómo se siente el agua sobre la piel?, ¿o quizás la sensación de una abrazo?, ¿podrías explicarlo con detalle?
Según vamos creciendo nuestra mirada se llena de ideas, prejuicios y condiciones que hacen que nuestras experiencias tomen siempre un mismo tono. Vamos abandonando poco a poco esa mirada curiosa de la niñez, dónde cada día es una vivencia llena de emociones nuevas a pesar de aparentemente ser las mismas.
Los niños son felices con muy poco, porque con ese poco pueden hacer cosas muy distintas.
Cuando crecemos nos limitamos a ver las cosas de una sola forma, la nuestra, la que hemos ido puliendo poco a poco. Nos cerramos al mundo que estamos habituados a ver y rechazamos las nuevas posibilidades porque son amenazas a nuestras creencias. Creencias que van tejiendo nuestros días y haciendo que pasen casi sin darnos cuenta.
Caemos en el error de pensar que tenemos que cambiar nuestro entorno para que esa mirada se inspire de nuevo: con viajes, nuevas relaciones o experiencias distintas.
Pero la verdad es que éstas pueden estar en la sencillez de nuestro día a día. En pararnos y ver la cantidad de detalles y matices que podemos obtener de una misma experiencia: ver que sucede en nuestra piel cuando el agua la roza, sentir su temperatura, el cabello mojado, el sonido del agua cayendo en el suelo o el dibujo que va diseñando en las paredes. Un sin fin de elementos que podemos observar de una experiencia conocida en algo estimulante y nuevo.
La vida puede ser apasionante si sabemos cómo ampliar nuestra mirada y cultivar la capacidad de ver las cosas cómo si fuesen nuevas cada día.
Rompiendo esos límites que no nos permiten ver más allá y entrenando la mirada del principiante. Esa en la que todo vale, en la que no existen los prejuicios, ideas ni límites. Dónde la curiosidad, la creatividad y las posibilidades son casi infinitas.
Esa mirada que teníamos cuándo éramos pequeños y que tan sólo hemos olvidado.
Hoy empieza un nuevo mes en la Shala y una nueva mirada.
Nos vemos en el mat.
