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Comunidad

La base de nuestra evolución



Nos movemos como un enjambre en el que parece que cada uno va a su ritmo pero todos terminan yendo al mismo sitio.

Desde que nacemos somos seres completamente dependientes. Comenzamos con nuestros progenitores/cuidadores, con ellos, empezamos a crear las bases de nuestro comportamiento a través de la imitación, la observación, el contacto, la comunicación verbal y sobre todo, la no verbal.


Cuando nacemos nuestra visión es muy limitada, por lo que nuestra primera comunicación se basa en el contacto piel con piel, los sonidos y los olores. Según vamos creciendo los gestos van cobrando protagonismo, empezamos a fijarnos en los movimientos faciales, sobre todo en la boca. Esto lo podemos ver en el Homúnculo de Penfield, una representación de cómo el cerebro interpreta el cuerpo, dando mucha importancia a la cara y las manos.


Esto ya nos muestra que nuestra comunicación más primaria es no verbal, nos comunicamos a partir de movimientos en nuestro cuerpo. Lo que quiere decir que nuestros cuerpos hablan, y siempre lo hacen para recibir una respuesta. 

Nuestra comunicación no verbal no es sino una forma para comunicar a los otros cómo nos sentimos: si necesitamos ayuda, contacto, escucha, o solo una sonrisa. Cualquier gesto expresa lo que estamos sintiendo por dentro, para que si no lo podemos expresar con palabras, que los otros lo entiendan con movimientos. 

Un gesto siempre espera de una respuesta, si sonreímos a alguien y esa persona no nos devuelve una sonrisa probablemente nuestro sistema nervioso autónomo se active porque pensemos que hay algún problema. 


Hay un experimento muy interesante sobre esto, "The Still Face". En él, las madres se ven jugando con sus bebés y de pronto cambian y se quedan sin expresión. El bebé comienza a buscar respuestas mirándola, intentando jugar y finalmente llorando por no recibir esa respuesta.


Sin relaciones estaríamos muertos, emocional y físicamente.

Recientes estudios han señalado como la soledad es más letal que muchas adicciones que podamos pensar–estar solos nos acaba matando. Desde pequeños las relaciones nos permiten co-regularnos, lo que quiere decir, que el simple contacto con otra persona calma y regula nuestro sistema nervioso. Además, aprendemos a partir de la imitación a entender las emociones, a gestionarlas y sostenerlas. Las relaciones nos permiten crecer, aprender, compartir.


Sobre esto hay varios estudios muy interesantes:


  1. El primero es del médico y psicoanalista René Spitz. Éste médico realizó aportaciones muy interesantes sobre el tema de las relaciones tempranas, en concreto entre la relación madre e hijo. René Spitz investigó cómo afectaba la separación temprana de la madre durante los primeros meses de vida en los niños. El psicoanalista concluyó que la falta de protección, de afectividad y de apego podría conducir a la muerte debido a la depresión analítica que podían sufrir algunos niños.

  2. El segundo es el experimento de la conformidad de Solomon Asch: Este psicólogo realizó varios experimentos sobre la presión social y la conformidad. Los participantes eran propensos a cambiar sus respuestas para adaptarse al grupo, aunque éstas estuvieran erradas. Lo cuál destaca la influencia significativa que pueden tener las relaciones sociales en el comportamiento individual y cómo funciona la presión del grupo.

  3. La tercera es la teoría de la Facilitación Social de Allport: Este estudio lo comenzó Norman Triplett y sigue siendo estudiado hoy en día. Esta teoría nos dice que estando rodeados o cerca de otras personas, tenemos un mejor desempeño en una tarea determinada. No siendo necesaria la interacción con estos, el mero hecho de estar rodeado de otros cambia nuestro comportamiento.


Vivimos para relacionarnos.


En esta vida no hacemos nada solos, solo pensamos que lo hacemos. Cómo hemos visto, vivimos para crear vínculos y crecer en Comunidad. Para sentirnos seguros y crecer con una buena salud es necesario tener buenas relaciones.


Esta semana os enviaba un email abriendo mis emociones de los últimos meses. Esto lo pude hacer porque os siento mi comunidad, siento este espacio como un lugar seguro en el que poder ser libre y sostenida por un grupo de mujeres que entienden y tienen su mano.

Y esto, es más sencillo de lo que parece. Crear vínculos sinceros y honestos parte de nosotros permitirnos serlo. Cuando nos abrimos tal y cómo somos, con nuestra comunicación verbal y la no verbal, le estamos diciendo al otro que él también puede hacerlo. Vulnerabilidad llama a vulnerabilidad, risa llama a risa y amor llama a amor.

Tan solo tenemos que permitirnos ser aquello que queremos ver los otros y así contribuir a que ese enjambre siga un mismo sentido.

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